Estés o no de acuerdo con las restricciones COVID, es un hecho que se han implementado en varios sitios. Curiosamente, de forma indirecta, como resultado de una de esas medidas hice un descubrimiento:
En ocasiones encuentras grandes lugares solo porque te corrieron de otros.
Allí estaba yo, con todos los sillones y sillas ocupadas, sentado en las escaleras de la planta baja de un edificio mientras esperaba a mi papá. Hasta que el oficial de seguridad me pidió me retirara de la sala y que esperara afuera, debido a los límites de aforo por COVID.
Acepté, no contento, pero tampoco enojado. No sabía dónde esperar ahora, era un estacionamiento. Pero vi una extraña escultura roja. Decidí ir para allá a ver, al final de cuentas, tenía que hacer tiempo.
¡Fue una buena elección! Me encontré con un lugar especialmente diseñado para sentarse y descansar. Era justo el lugar que necesitaba y no sabía ni siquiera que existía. Tenía árboles, sombra, aire fresco, bancas y bastante espacio (sin obligación de ponerse cubrebocas). ¡Gracias por sacarme del edificio!
¿Cuál es la moraleja?
¿Cuántas veces insistimos en permanecer en lugares que verdaderamente creemos son buenos o positivos, cuando existen alternativas maravillosas allá afuera esperándonos?
Algunas ocasiones necesitamos un empujón para dar el primer paso, cuando eso ocurra dependerá de nosotros no quejarnos y aprovechar las oportunidades que nos han sido puestas enfrente.
Plus Ultra.
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