“El señor Nakano y las mujeres” (Furudogu Nakano Shoten) de Hiromi Kawakami, a pesar de una desafortunada traducción de su título, es una muy bella novela que bien vale la pena leer. Ilustra lo valioso de la vida cotidiana y el cómo ésta enmarca lo más importante en la vida.
Como es habitual en Hiromi Kawakami, el personaje principal (Hitomi) también es la narradora, lo que permite crear un ambiente que vincula la trama con los pensamientos y emociones de la protagonista y, de esa manera, el libro se vuelve dinámico y con una narrativa profunda.
La manera en que está escrita es interesante y atractiva. Cada capítulo parece no estar relacionado con el resto, cada uno cuenta un evento específico en la tienda y, una vez narrado no vuelve a mencionarse. Las historias vienen y van, tal como llegan se van, y dejan la impresión de que no tuvieron un impacto en la vida de los personajes.
Así como los hilos de los que está hecho un tapete, cada pequeño momento se entreteje con los demás para crear algo mucho más grande que ellos mismos. La belleza y magia de la novela proviene de lo que se asemeja a la vida real. Detrás de lo que se ve está gestándose una historia maravillosa.
Mientras lo eventos triviales de la vida pasan, experiencias más grandes, continuas y significativas van construyéndose sobre las acciones de sus protagonistas, mas no sobre sus intenciones ni designios.
Los personajes, poco a poco, van conociéndose entre sí, pero aún más importante, van llegando a conocerse a sí mismos. Sin embargo, cada paso hacia la intimidad se ve acompañado del miedo a mostrar quien eres. Este libro es una travesía de autodescubrimiento que muestra la belleza de los misterios que no somos capaces de desentrañar.
Hiromi Kawakami nos enseña que existen detalles cotidianos —una mirada, una caricia, un sentimiento, una sonrisa, un pensamiento— que trascienden y, que a pesar de nuestros esfuerzos por ignorarlos y engañarnos a nosotros mismos, el tiempo sacará a la luz lo que pretendemos ocultar.
Daniel Pedrero 
Leave a Reply